jueves, 27 de abril de 2023

No es sólo un rejunte por el cargo

Suele decirse que Juntos por el Cambio es un "rejunte por el cargo". Con esto se quiere significar que es una coalición en la cual la heterogeneidad ideológica de sus partes impide tener un programa de gobierno común a todos; y que el único elemento aglutinante sería la ambición por llegar al poder, para ocupar cargos políticos y disfrutar de los privilegios que le son inherentes.

Creo que esta crítica no se corresponde con lo esencial de Juntos por el Cambio. No porque no exista la ambición de cargos y privilegios -presente y activa- en esta coalición; sino porque lo central es un consenso ideológico de todos los actores que es determinante de las políticas de sus gobiernos.

Trato de explicarlo:

1. Orígenes partidarios heterogéneos. Sí, es cierto, Juntos por el Cambio tiene dirigentes y cuadros de orígenes partidarios muy diversos: UCR, CC, PRO, PJ, PS, etc. Los cuatro climas...

2. Ideología homogénea. Con excepciones insignificantes, los integrantes de Juntos por el Cambio han logrado un acuerdo -al menos tácito- sobre una base ideológica común de tipo socialdemócrata; por ende, sueñan con un Estado (omni) presente que, "bien administrado" (por ellos), sería tan eficiente como en Europa. 

Esto se puede ver considerando tres grandes temas: redistribución de ingresos, Estado de bienestar y acción afirmativa. En efecto, no conozco dirigentes importantes de la coalición que cuestionen estos ejes de las políticas públicas que proponen. 

3. Ideología dominante y determinante. Es importante insistir en que esta ideología socialdemócrata es la que domina en la coalición. Puede haber excepciones pero tienen un valor testimonial.  

Y también es importante recordar que la ideología de Juntos por el Cambio no es pura elucubración, sino un factor que determina tanto la lectura de los problemas del país como las políticas públicas orientadas a solucionarlos. Para poner un ejemplo: pueden tener a un López Murphy en el Congreso; pero la coalición piensa como Prat Gay, gobierna como Larreta y legisla como Lipovetsky. 

4. Corporaciones devoradoras e ideología. Siguiendo el esquema de Espert, la Argentina es un país devorado por tres corporaciones: política, sindical y empresarial. A mi modo de ver, el esquema tripartito debiera ampliarse para incluir actores internacionales -públicos y privados- que inciden sobre las corporaciones, favoreciendo su tarea destructiva. Pero este aspecto quedará para otra oportunidad.

Lo que quiero destacar en este momento es que la ideología de Juntos por el Cambio está adherida, de modo singular -no exclusivo-, a los intereses de una de las corporaciones devoradoras: el empresariado prebendario. Por lo cual es muy difícil que esta coalición modifique su núcleo ideológico predominante en una dirección que colisione con los intereses de los grandes actores del capitalismo prebendario argentino. De hacerlo entraría en conflicto con quienes proporcionan el principal sustento económico de su aparato político.

Para concluir: Juntos por el Cambio es una realidad heterogénea en cuanto a los orígenes partidarios de sus integrantes, pero mucho más homogénea de lo que se supone en su núcleo ideológico y en los intereses que representa. 


viernes, 21 de abril de 2023

¿Milei desilusiona? (1)

 

Las expectativas son suposiciones acerca de lo que creemos que debería ser. Cuando nuestras expectativas son realistas, aunque sea de manera aproximada, su incumplimiento no trae graves consecuencias. En cambio, si nuestras expectativas son desmedidas respecto de las posibilidades que la realidad ofrece, fácilmente tiene lugar la desilusión, el enojo y la frustración.

En política, las expectativas juegan un papel muy importante. Muchas veces son decisivas para nuestro voto y no pocas para militar en un espacio político.

Guste o no, Javier Milei es un gran generador de expectativas políticas. Esto se debe a su notable carisma personal, unido a unas circunstancias socio-políticas que se viven en la Argentina y en el resto del mundo.

No pocos liberales/libertarios suelen el mirar el armado político de Milei partiendo de unas expectativas poco realistas. Y el contraste de estas expectativas con la realidad los conduce rápidamente hacia el desencanto.

Espero que las siguientes ideas sirvan para racionalizar las expectativas.

1. La “casta”. Mientras exista el sistema que hoy se conoce como "democracia", no hay manera de acceder al poder sin cargos políticos (diputados, senadores, gobernadores, ministros, etc.), ni de ejercerlo sin estos. Los cargos políticos se pueden reducir, abaratar, limitar en su capacidad de daño… Pero no se pueden suprimir por completo. De modo que, si todo cargo es “casta”, no hay política sin alguna dosis de "casta". Por tanto, sería mejor reservar esta palabra para valorar la conducta pública de quienes ocupan cargos políticos, en vez de utilizarla para deslegitimar moralmente a todos.

Hugo Halconada Mon cree haber descubierto la pólvora al decir que Milei “suma a su proyecto nacional a dirigentes con historia en el peronismo, la UCR, el kirchnerismo y fuerzas tradicionales del interior” y así estaría formando su propia “casta”. Sería bueno que nos dijera cómo se hace para conseguir candidatos, mínimamente conocidos por el electorado, que no estén “manchados” por alguna relación pasada con las fuerzas políticas que han hegemonizado la política argentina por décadas. También sería deseable que nos explicara cómo se conforma una coalición si no es con candidatos de orígenes partidarios heterogéneos.

Un espacio nuevo como el de Milei, forzado a un crecimiento rápido para competir a nivel nacional, no puede evitar debilidades estructurales y emplear “recursos humanos” que distan de ser los mejores. Y esto es así en todo el mundo. La alternativa -que pareciera implícita, y tal vez deseada por Halconada- es que Milei no presente candidatura nacional y así facilite el triunfo de Juntos por el Cambio

2. La (des) educación argentina. No es necesario explicar por qué la educación argentina es un desastre. Su decadencia se ha acelerado notablemente en este siglo. Ahora bien, es iluso pensar que los cuadros políticos que integran el espacio de Milei escapan a esta tragedia educativa. Puede haber excepciones, diversos grados de afectación, pero los cuadros políticos -de todos los espacios- son víctimas del destrozo educativo y poseen las carencias que le son inherentes. Quien espere otra cosa tiene expectativas poco realistas y se va a desilusionar.

3. Brecha generacional. Todas las encuestas muestran que Javier Milei arrasa en el segmento de los votantes más jóvenes. Resulta natural, por tanto, que en su espacio exista una importante presencia de candidatos jóvenes, para representar mejor las preferencias de su electorado. Y los jóvenes, salvo raras excepciones, tienen poca experiencia política, son apasionados y piensan con esquemas mentales un tanto simplistas

Por “brecha generacional” se entiende una diferencia de edad entre grupos de personas, que tienen ideas, valores y una visión de la vida, muy divergentes. No comprender esta brecha puede generar en los votantes de mayor edad expectativas poco realistas sobre el armado de Milei. En efecto, no es realista suponer que estos jóvenes, por militar en un espacio político liberal-libertario, deben tener una visión de la vida que coincida en todo con la gente mayor. Cuando los mayores los descalifican a priori como “poco serios” manifiestan su incomprensión acerca de la “brecha generacional” que los separa de la juventud.

4. Partidos de alquiler. En la Argentina, los requisitos para conformar un partido político conducen a una dicotomía: o se dispone de una estructura, dineros y tiempo, que no están al alcance de los ciudadanos de a pie, o hay que recurrir a los “partidos de alquiler”. Son estos pequeños partidos políticos, que pueden tener coincidencia ideológica o no con los candidatos, porque son meramente instrumentales. Sus “dueños” emplean estos partidos para obtener dineros públicos. De manera tal que, mientras no se logre tener un partido nuevo, legalmente reconocido, con presencia en todo el país, la dicotomía es: usar partidos de alquiler o no presentarse a elecciones.

El espacio de Milei se ha visto en la necesidad de recurrir a estos partidos de alquiler, como lo hizo Espert en 2019. Es poco realista suponer que estos partidos tienen un ideario liberal-libertario de contornos definidos. Y es una ingenuidad pensar que estas formaciones no demandan cuotas de poder mediante la colocación algunos de sus cuadros en las listas de candidatos.

Para concluir: ¿Milei desilusiona? Perón solía decir que los ranchos se construyen con paja, barro y un poco de bosta. En política, quien tiene expectativas poco realistas, y no está dispuesto a ejercitar una razonable tolerancia, se desilusiona rápidamente.


Una coalición indeseada

Finalmente, he encontrado el tiempo para poner por escrito algunas ideas en las que venía pensando en las últimas semanas. Milei es presid...